GORIGOGO

Esteban Gallo. https://ssl.panoramio.com/photo/60445701#


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           Y fue que al güevón de Rigo le dijeron que iba a correr era puras clásicas. Que mil gracias, que bueno, qué dele a ver si saca alguna cosita en la doble a chupamelpenco. Y el Urraeño sonrió, porque el siempre se sonríe. Porque la risa de él es risa del alma, y es mejor estar contento que triste, como diría Pambelé. Estuvo en Colombia entrenando, cogiendo impulso pa la temporada. Paró en las tiendas del Suroeste a tomar juguito y a saludar a sus mijitos, Rigo. Despachó pedidos de su ropa deportiva pa todo el mundo. Nos echó cantaletica con lo del casco y la seguridad en la vía. Desayunó huevos con hogao y arepa en la carretera después de jornadas kilométricas de cicla. Se montó en una escalera a cuadrar la antena y pidió ayuda con lo de la recarga del directiví para poder ver el Giro de Italia. Ese Giro que se le ha ido dos veces, o no, porque es que estar en el podio de una grande también te hace grande. Al que le van a dar, le guardan, como dicen por ahí, y seguramente el romance entre Rigoberto y la maglia Rosa tiene sus mejores días por delante. Entonces llegan las primeras carreras y no le va muy bien, ni muy mal, pero él sonríe, porque siempre sonríe. Y quién sabe qué es lo que ve el director deportivo, o si fue que Rigo le llevó un buen atao de queso Urraeño y café del suroeste, pero lo incluye en la lista para el Tour de Francia. Y bueno, seguro ya adivinaron, Urán sonrió, y se dijo vamos pues a darle a esto mijitos y comenzó a preparar la carrera más importante del calendario ciclístico y cuando ya estuvo más o menos listo, porque pa tres semanas montado en una cicla nadie está preparado, se motiló. Que no se podía ir tan mechudo para Francia, aunque así pareciera una nea, ¿usted sabe qué es una nea?, es como un gamín. Así pareciera un gamín con el pelo cortico, Rigo fue y se motiló, y yo creo que eso fue buen agüero. En la contrareloj le fue normal, pero él sonrió. Después vino la caída, la primera caída, y él que yo qué voy a saber güevón y nosotros cagados de la risa. Tiene carisma Rigo, qué verriondo más simpático, hermano. Después algunas etapas planas, que aguantó, el sábado montaña, aguantó. Pero el domingo fue hermoso, el domingo, en la etapa reina, una de esas en las que la altimetría parece el electrocardiograma de todo Colombia viendo lo que pasó el día en que Vinokurov se lo pasó en la meta, Rigo explotó. Se aferró al manubrio con fuerza para subir esas carreteras serpenteantes, sinuosas como el paso del Penderisco por el valle de su pueblo. Estuvo firme en el grupo de los de adelante hasta el final, bajando emputado se salvó por nada de caerse cuando a Porte se lo comió la curva y se llevó por delante a Martin. Y es tan demalas que en la caída le dañan el tensor y queda solo con dos relaciones. Decían los narradores que era el mejor embalador del grupito de los de adelante, pero que con esa relación, imposible. Y siguieron bajando. Alcanzaron al puntero, Rigo con la lengua afuera, subiendo empailado las dos o tres lomitas que quedaban para la llegada. El de Urrao sabe que toca hacer un sprint largo y toma la punta, pero Fuglsang le pega un arranconazo, y él dele, recorte metros. Faltando nada, él ya estaba adelante, pero Barguil mete un acelerón bestial, y en la misma meta le quita la gloria de celebrar la victoria en una batalla épica.




        Jueputa, me ganó este güevón, otra vez.




        Se va para el camión del control anti doping, cansado, pero sonriente, y cuando sale, qué felicidad tan hijueputa hermano, la foto esa lo muestra clarito, ese golpe de riñón, ese impulsito final le da la victoria al Colombiano más bacano de todos.

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